El Año Internacional de la Astronomía 2009 finalizó con una Luna Azul y un eclipse parcial lunar, mientras la segunda Luna Llena de diciembre rozaba la sombra de la Tierra el 31 de diciembre. El eclipse de la Luna Azul del día de Fin de Año fue visible a través de Europa, Asia, África y partes de Alaska, capturado en esta composición de dos exposiciones en los cielos nublados sobre Saint Bonnet de Mure, Francia. Jugando a través de la Luna meridional, el borde de la umbra de la Tierra, o la oscura sombra central, aparece en el lado derecho a lo largo del prominente rayo del cráter Tycho. En el máximo del eclipse, la umbra cubrió solamente un 8 por ciento del diámetro del disco lunar.
La dama de la noche, la señora de las mareas, la diosa de las estrellas, son algunos de los nombres con los que identificamos a la hermosa Luna. Sí. En este mes de Diciembre se produjo el fenómeno astronómico que se conoce como Luna Azul. No es una circunstancia común, y tampoco muy conocida. La anterior ocurrió el 31 de Julio de 2.009.
A lo largo de los tiempos la Luna ha estado relacionada con la magia, hechizos, rituales e invocaciones, además de las leyendas y mitos que han surgido en todas las culturas que nos revelan entre sombras verdades eternas, misterios sagrados que esconde la Naturaleza. La Luna crece, madura, envejece, muere y vuelve a nacer en sus ciclos de lunación, es el satélite natural de la Tierra que se relaciona tan estrechamente con nosotros. Ella nos recuerda la fragilidad de nuestra existencia con sus cambiantes fases: nos marca el tiempo.
Aún existen muchos misterios sobre el gran poder que ejerce la Luna sobre las personas y sobre nuestro planeta; sin embargo, astrológicamente se aceptan sus influencias sobre las mareas, sobre los cambios de la presión atmosférica e incluso sobre las fluctuaciones de la intensidad en el campo magnético. Acentúa la influencia lunar en el clima y hemos experimentado que durante este mes las lluvias, las tormentas y las mareas excepcionales han sido más frecuentes de lo habitual
Algunas creencias paganas piensan que la Luna Azul tiene tres veces la fuerza de una Luna Llena normal. Esta segunda luna es considerada sagrada, un momento en el que la capacidad de comunicarse con los dioses y diosas es muy poderosa. Se considera un tiempo muy espiritual, tiempo sobre todo para la meditación.
En cuanto al esoterismo, una Luna Azul sería el cenit apropiado para fijar metas específicas para uno mismo. Hay que ser muy claros con lo que se pide durante ese momento, porque esta Luna es poderosa y doblará tanto tu deseo como tu propósito.
La leyenda dice así: “La luna azul es la segunda luna llena en el mismo mes, y es la luna más mágica y poderosa de todas”.
Las próximas se producirán en : 2.012 En Agosto, 2.015 En Julio, 2.018 En Enero y Marzo, 2.020 En Octubre
Luna llena ésta que, además, tiene dos pecualiaridades: que se produce eclipse de luna entre los signos Cáncer y Capricornio y que será Luna Azul, la primera desde 1990 que se produce en diciembre y la última hasta el año 2028. Es una luna llena muy especial. Además a las 19:23 se produce un pequeño eclipse parcial de Luna que apenas será perceptible desde los lugares más oscuros con lo que, tendremos una luna tricolor: Blanca por llena, azul por el calendario, y roja por el eclipse.
Lo de luna azul + noche vieja + eclipse por lo visto no sucedía desde 1694, cuando en diciembre también hubo un eclipse de Luna el día 1, y no volverá a darse hasta el año 2400, con lo que algo me dice que ya no estaremos aquí para verlo.
Se conoce como “Luna Azul” a la segunda Luna Llena ocurrida durante un mismo mes del calendario gregoriano, por lo general en un mes de 31 días (en este caso el último plenilunio fue el 2 de Diciembre 2.009), teniendo lugar este acontecimiento cada dos años y medio, aproximadamente. A pesar del nombre, no se produce en la Luna ningún cambio físico, tampoco que tome ese color. En el siglo XX, por ejemplo, sólo hubo 40 lunas azules. Muy rara vez se da en un mismo año dos lunas azules.
La última vez que hubo este doble fenómeno ocurrió en 1.999, en los meses de Enero y Marzo, sin embargo, en Febrero de dicho año no se produjo ninguna Luna Llena. Fue precisamente cuando cobró popularidad de manera casual, los medios de comunicación reseñaron ampliamente este hecho poco conocido hasta entonces. Existen muy pocos estudios acerca del origen del término con el cual se nombra a dicho fenómeno y del cómo ha surgido el interés entre las personas.
¿Qué tiene que ver el calendario solar con el lunar? Los meses del año son una invención humana. El calendario gregoriano por el que nos regimos proviene directamente del calendario del Imperio Romano, que ya entonces sufrió muchas modificaciones. ¿No os habéis preguntado nunca por qué octubre, noviembre y diciembre tienen esos nombres tan claramente derivados de los números ocho, nueve y diez, cuando son respectivamente el décimo, undécimo y duodécimo mes? Es sencillo: hubo una época en que fueron realmente el octavo, el noveno y el décimo, pero se vieron desplazados por los cambios del calendario.
Dado que los meses del calendario gregoriano, que es el que usamos en la mayoría de los países occidentales, tienen una duración media de 30,5 días, y que el tiempo medio entre dos lunas llenas es de 29,5 días, cada año solar tiene aproximadamente once días más que el año lunar.
Esta diferencia de días se va acumulando de tal forma que cada dos o tres años (para ser más exactos cada 2,7154 años de media) hay un mes -y en algunos años dos- en el que hay dos lunas llenas, fenómeno que en inglés se denomina blue moon, luna azul, aunque la Luna en realidad no cambia de color.
En la antigüedad, los meses eran lunares (aún siguen siéndolo en otros calendarios distintos del occidental estándar), había trece meses, precisamente porque un ciclo lunar era un mes, una cosa era indisoluble de la otra.
El significado actual es relativamente moderno, proviene de mitades del siglo XX. Antes de eso, cuando se hablaba de luna azul astronómicamente, se refería a la tercera luna llena a lo largo de una estación (de tres meses) que contiene cuatro lunas llenas. En los años 40, en Estados Unidos, un almanaque astronómico para agricultores dio una definición ardua y compleja de luna azul que involucraba muchísimos factores.
Posteriormente, en 1964, se publicó un artículo en la revista Sky & Telescope, donde su autor (James Hugh Pruett), basándose en uno de estos almanaques (el Maine Farmer’s Almanac de 1937) interpretaba que la llamada luna azul era la segunda luna llena en un mes. Esta interpretación no era correcta (era sólo la opinión del señor Pruett), pero era más fácil de entender, y enseguida se hizo popular. Posteriormente, otros investigadores revisaron esos mismos almanaques, en un rango de fechas muy amplio (de 1819 a 1962) y encontraron varias referencias a la luna azul, pero ninguna de esas lunas era la segunda del mes.
Conviene hacer notar que esta definición es bastante moderna. En el siglo XIX, se llamaba luna azul a la tercera luna llena de una estación de cuatro lunas llenas. Una estación (primavera, verano, ya sabeis) dura tres meses (aunque no comienzan en un día 1) por lo que normalmente tendrá tres lunas llenas. En ocasiones, por el mismo motivo explicado antes, habrá una estación con cuatro lunas llenas. Pues bien, la tercera de ellas se consideraba la de más, es decir, la luna azul.
Es importante destacar que desde el punto de vista astronómico, la luna llena es un evento instantáneo, es decir, tiene una fecha y una hora de ocurrencia muy concreta. Eso puede desconcertar a muchos, ya que por experiencia sabemos que la luna se puede contemplar llena dos o tres noches seguidas. Pero astronómicamente, la luna llena sucede en el instante exacto en el que la alineación Sol-Tierra-Luna es máxima. A simple vista, podemos seguir viendo la luna totalmente iluminada horas después, o incluso a la noche siguiente, pero eso es porque nuestros sentidos no son capaces de distinguir entre una luna llena al 100% y otra al 99%, por ejemplo.
Otro posible sentido de la expresión luza azul, es cuando se ve la luna… de color azul. Sí, parece una perogrullada, pero puede ocurrir bajo determinadas condiciones atmosféricas. En ciertos casos, cuando el cielo está lleno de cenizas procedentes de espectaculares incendios forestales o erupciones volcánicas, éstas pueden absorber la radiación electromagnética correspondiente a la luz roja, provocando que la luna parezca azul. Estos acontecimientos son muy raros, y obviamente, no tienen nada que ver con las fases de la luna, ni con ningún tipo de evento astronómico. Son eventos exclusivamente atmosféricos. Un ejemplo de ellos fue la conocidísima erupción del volcán de la isla Krakatoa.
Otra de sus posibles acepciones deriva de la traducción del inglés existe un refrán: “Once in a blue moon” (una vez cada luna azul), que equivale al español “De San Juan a Corpus” o “De higos a brevas”, es decir, algo que ocurre una vez cada mucho tiempo. Si indagamos en los orígenes de este refrán, lo más que podemos descubrir es que se viene usando desde hace unos 400 años, y su significado ha ido cambiando. No hay acuerdo generalizado sobre el origen del término, probablemente en la Europa medieval, y la difusión de su uso. La traducción castellana tal vez sea errónea porque en inglés antiguo la palabra de la cual deriva blue podía significar tanto azul como traidor
ASTRONÓMICAMENTE
La Luna estará en fase de llena el día 2 en Tauro, cuarto menguante el día 9 en Leo, Luna nueva el 16 en Ofiuco y el 24 se encontrará en creciente, en Piscis. En la madrugada del 29, a partir de la 3.00 hora peninsular la Luna casi llena ocultará la parte más meridional del cúmulo de las Pléyades. La estrella más brillante que ocultará, vista desde la Península, será Merope. Desde las Canarias, habrá más estrellas brillantes que serán ocultadas.
Saturno es visible unas cuatro horas antes del amanecer
Mercurio es observable a finales de mes, a muy baja altura, tras la puesta de Sol.
Venus permanece perdido todo el mes en el resplandor de la salida del Sol, ya que el planeta pasará por su conjunción superior en enero.
Marte es observable cada vez en mejores condiciones, saliendo en las primeras horas de la noche. El mejor momento para ver el planeta es sobre la medianoche, cuando el planeta rojo tenga ya suficiente altura sobre el horizonte. El brillo de Marte variará durante el mes de magnitud -0,1 a -0,7, siendo de fácil localización entre las estrellas de la constelación de Leo. El planeta seguirá aumentando de brillo las próximas semanas, hasta alcanzar su oposición a finales de enero de 2009. Marte pasa todo el mes en Leo, y a partir del 21 de diciembre es posible ver su movimiento retrógrado por el cielo que le hará volver a la constelación de Cáncer. Su disco crecerá hasta alcanzar un diámetro de 13 segundos de arco (un ángulo de 1 grado comprende 3.600 segundos de arco), aunque todavía es pequeño para permitir la visión de detalles superficiales.
Júpiter es visible todavía en buenas condiciones, en la constelación de Capricornio con un brillo de -2,2 magnitudes, siendo el objeto más brillante de todo el cielo durante la primera parte de la noche. Su diámetro es de 36 segundos de arco. El planeta gigante del Sistema Solar pasa a únicamente 34 segundos de arco al sur de Neptuno el día 19 de diciembre, siendo una excelente ocasión para poder ver los dos objetos en el mismo campo de visión telescópico, a bajos aumentos.
Saturno, es visible unas cuatro horas antes del amanecer. Situado entre las estrella de la zona oeste de Virgo, tiene un brillo equivalente a 1,1 magnitudes, semejante a Spica, la estrella más brillante de esa constelación. Se pueden diferenciar los dos objetos por el color amarillento de Saturno y el blanco azulado de Spica. Los anillos están inclinados 5 grados.
Urano (magnitud +5,8) se encuentra situado entre las estrellas del cuadrado de Pegaso y Fomalhault, 6 grados al oeste de la estrella de magnitud 5, 2 7 Piscium; el planeta es fácilmente visible con binoculares y con la ayuda de un mapa de estrellas de la zona.
Neptuno (magnitud +8,0) se encuentra en Capricornio, 3 grados al noreste de la estrella Iota de Capricornii. Con un diámetro de 2,2 segundos de arco, transita por la constelación durante todo el mes.
Plutón no es observable dado que se encuentra en conjunción con el Sol, el 24 de diciembre.
El día 21 de diciembre, a las 18.00 el Sol alcanzará el solsticio invernal, comenzando el invierno para el Hemisferio Norte y el verano para el Sur.
Cielo profundo
Estamos en la mejor época de visibilidad del año de la galaxia más famosa del cielo, la espiral M 31, la gran galaxia de Andrómeda. Con un ocular de pocos aumentos es claramente visible tanto la estructura de la galaxia (brazos, núcleo, etc.) como la presencia de dos galaxias satélites vecinas, M 32 y M 110, ambas elípticas. Hacia medianoche se encuentra en el cenit, estando en su mayor altura del año. Merece la pena estar unos cuantos minutos observando todos los detalles visibles en la galaxia, lógicamente en un noche sin Luna y lejos de la polución lumínica de las grandes ciudades. Se debe recordar que viendo la estructura y morfología de M 31, nos podremos hacer una idea muy aproximada de cómo se ve la propia Vía Láctea desde el exterior de nuestra galaxia, ya que aparentemente la principal diferencia entre las dos galaxias es que se estima que M 31 es dos veces más masiva que la propia Vía Láctea. En esta época es visible también el cúmulo de galaxias del Escultor con galaxias tan notables como la famosa Moneda plateada, la galaxia espiral NGC 253. También por la zona podemos observar la NGC 53, 247 y 300, así como el globular NGC 247.
Eclipses de Sol y Luna
El 31 de diciembre, día de Nochevieja, será visible un eclipse de Luna parcial, aunque únicamente se verá inmersa en la sombra terrestre una parte muy pequeña del polo sur lunar (exactamente un 8% del disco lunar). El fenómeno alcanzará su fase máxima hacia las 20.23, hora peninsular, de ese día.
Lluvias de estrellas
Este mes se produce la lluvia de las Gemínidas. Su máximo se producirá en la madrugada del día 14 de diciembre. Este año la ausencia de Luna facilitará la observación del evento. El radiante se encuentra al norte de Castor, la estrella alfa de la constelación de Géminis. Esta lluvia de estrellas es notable porque las fugaces visibles destacan por la variedad del colorido de sus trazos. Se estima que puedan ser visibles unos 100 meteoros por hora. Las Gemínidas son producidas por el asteroide 3200 Phaeton, que muchos astrónomos sospechan que es el núcleo de un cometa extinto.
Hay otra lluvia de estrellas este mes, las Ursidas, cuyo radiante está cerca de la estrella Kochab (Beta de Osa Menor), la Guardiana del Polo. El máximo de la lluvia, entre 10-50 fugaces por hora, según las mejores previsiones, alcanzará su máximo al amanecer del día 22.
Cometas
Durante este mes el cometa C/2007 Q3 (Siding Springs) sigue transitando por la zona de Coma de Berenice, y así por ejemplo el fin de semana del 12-13 de diciembre este cometa pasará cerca de los globulares M 53 y NGC 5053 de Coma de Berenice. El cometa con magnitud 10 y aspecto esférico contrastará en brillo y tamaño con la forma más redondeada de estos dos globulares.
2010
El 2010 será un año normal de 365 días, es decir no bisiesto, comenzado en día viernes en el calendario gregoriano o calendario occidental.
El 2010 es el año 1459 del calendario armenio, los años 4706 – 4707 del calendario chino, los años 5770 – 5771 del calendario judío o calendario hebrero, los años 1431 – 1432 del calendario musulmán, los años 1388 – 1389 del calendario persa o calendario iraní.
El año 2010 ha sido declarado:
- El Año Internacional de la Diversidad Biológica, por la ONU.
- El Año Internacional de Acercamiento de las Culturas, por la ONU.
AÑO CHINO DEL TIGRE (14 FEBRERO)
El reinado del felino comienza el 14 de febrero de 2010 y terminará el 2 de febrero de 2011.
El efecto del Tigre es purificador e implica cambios inesperados que pueden ser muy positivos, pero que exigirán valor.
Tigre es, ciertamente, un signo que no pasa desapercibido, por eso su año tampoco lo hará. Es un año que nos traerá cambios súbitos, espectaculares e inesperados. Podemos ganar mucho si arriesgamos; pero también perderlo todo. Es un año para valientes o para locos, no hay un término medio; los demás tendremos que acostumbrarnos a "capear el temporal".
Eso no significa que sea malo, pues a muchos nos incitará a un cambio positivo en nuestras vidas, un dejar atrás actividades, relaciones o estructuras obsoletas, para abrirse, a lo que significará una renovación en nuestras vidas y una potenciación de nuestra energía. Con el temor que eso siempre produce: enfrentarse a lo nuevo.
El efecto del signo del Tigre puede ser purificador y transformador, y sacar de nosotros lo mejor que llevamos dentro. Si no nos enfrentamos a sus retos perderemos la oportunidad y podremos sucumbir en los interminables conflictos que se producirán.
Es un año en el que pueden florecer las ideas nuevas y atrevidas y en el que podremos contemplar transformaciones en el mundo actual todavía más espectaculares que nos podrán llevar a una forma totalmente diferente de verlo.
Si las naciones, las empresas y las ideologías persisten en una visión obsoleta de la realidad, la ruptura de la trama social podría ser todavía más radical; si, por el contrario, continúan en los cambios que ya se han iniciado y los consolidan, nos llevarán hacia un futuro muy esplendoroso.